EL BOSQUE ENCANTADO
Berto, Iker, Víctor,
Ainara, Javi y Esther eran cinco amigos a los que les encantaba ir a la
montaña... Iban siempre que podían, les daba igual la estación del año q fuera..
En invierno disfrutaban mucho de la
nieve, se tiraban en trineos por las laderas, hacían guerras de bolas de nieve...
En primavera les encantaba rebozarse por el césped y observar todas las
flores... En verano pasaban por los cauces de los ríos secos y se bañaban en
los que aún llevaban agua... Pero la estación del año que más les gustaba era
el otoño, ver las alfombras de hojas que se formaban en el suelo cuando caían
de los árboles, los colores tan distintos que iban cogiendo las plantas según
se les iban secando las hojas...
Pero... El motivo por el
que más les gustaba el otoño era porque fue la época del año en la que les
sucedió esta historia.
Un día de octubre fueron
a un sendero que no conocían... Era un sitio especial, todo en aquel lugar parecía
mágico, empezaron a pensar que estaba encantado. Sin embargo ellos siguieron
caminando como siempre, cuando de repente un árbol que se cruzaba en medio del
camino se apartó para dejarles paso, formando con una de sus majestuosas ramas una
puerta, la puerta que daba paso al bosque encantado.
Los niños no podían
creerse aquello... ¿Estaban viviendo un sueño? ¿Sería real? Sólo querían
comprobarlo pero no sabían que podría esperarles en ese lugar. Berto dijo que
lo mejor sería volver a casa, que todo eso era muy extraño. Javi y Ainara
estaban deseando entrar, pues ellos desde muy chiquititos creían que en el
bosque habitaban criaturas mágicas. El resto no sabían muy bien qué hacer. En
ese momento empezaron a escuchar unos ruidos que venían de las ramas, parecía
que les susurraban al oído, algo así como... “Os estábamos esperando
muchachos”. Eran unas vocecitas muy dulces que, convencieron a todos para continuar
su camino.
De repente...¡un fruto
cayó al suelo!
Los niños se asustaron
¿dónde se estaban metiendo? ¿De dónde había caído ese fruto? Miraron a los
árboles que tenían encima pero ninguno tenía nada parecido. Segundos después empezaron
a escuchar una vocecita “¡mi comida! ¡Mi comida!” Miraban a todos los sitios pero no veían
nada... Otra vez esa vocecita “¡oye que estoy aquí chicos, mirarme!” Miraron
hacia abajo y ahí estaba, un duendecillo tan pequeñito como la palma de una
mano.
Entonces, todos se
agacharon para observar mejor aquella criaturilla que estaba a sus pies. Era como
un niño en miniatura pero con unas orejas muy grandes y un poco peludas y
puntiagudas. Llevaba un cascabel muy chiquitito en su cuello.
Aquel duendecillo que se
habían encontrado no era cualquier duende. Ese cascabel indicaba que era el
guardián del bosque. La criatura mágica más importante del lugar. Cuando él pasaba,
todos los árboles, todas las hadas y todos los duendes sabían que él estaba
allí y podían pedirle cualquier cosa que necesitaran o contarle cualquier
problema que tuvieran para que él lo solucionase.
Entonces, aquel
duendecillo llamado Bilbo les dijo que si querían, podría enseñarles todos los
misterios que aquel bosque escondía. Para ello, sólo tenían que cumplir una
norma: respetar la naturaleza. Los niños muy contentos emprendieron su camino
junto a Bilbo.
Mientras iban caminando
conocieron un montón de cosas...
¡La ducha de los duendes!
¡La comida de las hadas!
¡El pozo del que bebían
todos!
Y también cosas peligrosas que escondía el bosque, como las plantas venenosas. Bilbo les advirtió de que si las tocaban les picaría mucho la piel. Pues esas plantas tenían un veneno para que no se las comiese nadie, y por eso picaban tanto, se llamaban ortigas.
Pasaron en frente de una puerta, tras la cual se escondía un lugar al que, según les dijo Bilbo, a los habitantes del bosque no les gustaba entrar. Ya que era un lugar al que iban muchos humanos y estaba destrozado, pues tiraban la basura al suelo, cortaban las ramas de los árboles, quitaban los pétalos a las flores... Por eso todas las criaturas mágicas se pusieron muy tristes y decidieron hace muchos años abandonarlo.
Tras este camino, se pararon a comer los bocadillos que habían llevado.
Estaban tan fascinados que ni siquiera se habían dado cuenta de que había llovido, y al volver a salir el sol, un precioso y brillante arcoiris iluminó el cielo.
Todos miraron hacia arriba para disfrutar de las vistas. Pero… cuando volvieron a mirar hacia el lugar donde estaba Bilbo se dieron cuenta de que ya no estaba. ¡El duendecillo fantástico había desaparecido!
Entonces los niños emprendieron su viaje de vuelta a casa recordando todos los momentos que habían vivido en este mágico lugar.
Todos aprendieron muchas cosas del duendecillo, pero sobretodo a respetar y cuidar la naturaleza para que siempre pudieran seguir viviendo allí aquellas criaturas tan maravillosas. ¡Nunca olvidarían a Bilbo!
Creación de teatro
LA TORTUGA QUE QUERÍA HACER SU SUEÑO REALIDAD
Personajes:
León
Rana
Tortuga
Era un día soleado de primavera.
(Aparece la tortuga cantando alegre por la orilla del río)
TORTUGA: ¡Hola amiga rana! ¿Qué tal estás?
RANA: Hola tortuga, bien ¿y tú? ¿Por qué estás tan contenta hoy?
TORTUGA: Es que me ha pasado una cosa muy chula.
RANA: ¿Qué te ha pasado?
TORTUGA: He soñado esta noche, que llegaría a ganar la carrera de velocidad de los juegos del bosque.
RANA: Buah, menuda tontería, como se nota que es un sueño, ¿Cómo va a llegar una tortuga a ganar la carrera de velocidad de Los Juegos del Bosque? ¡Si las tortugas ni siquiera corren! Jajaja
TORTUGA: Bueno, eso es lo que tú piensas, en mi sueño era muy real, y, ¿sabes qué creo yo? Que si puedes soñarlo puedes hacerlo, así que yo voy a intentar hacer mi sueño realidad.
RANA: Estás loca, tú verás lo que haces, pero te vas a rendir y no vas a conseguirlo nunca, adiós.
(La rana se da la vuelta muy enfadada y se va, la tortuga, mira para otro lado y sigue su camino hacia el gimnasio donde se preparaban los grandes atletas boscosos)
LEÓN: ¡Hola TORTUGA! ¿A dónde vas tú tan contenta?
TORTUGA: ¡Hola! Voy a hacer mi sueño realidad, esta noche he soñado que llegaba a ganar la carrera de velocidad de Los Juegos del Bosque, y quiero ir al gimnasio para prepararme.
LEÓN: ¡Toma ya! ¡Sueña en grande y vive en grande! ¡Qué bien te lo montas! Yo te acompañaría, pero no puedo porque tengo que cuidar de mi familia.
TORTUGA: muchas gracias león, pero no hace falta. Lo único que me preocupa es que como me ha dicho la rana, las tortugas no corremos, ¡pero aun así me esforzaré y ganaré a la gacela más veloz¡
LEON: hay…querida tortuga, lo que la rana no sabe, al no salir de su hábitat, es que no solo las gacelas corren en carreras de velocidad, hay diferentes categorías, según la velocidad a la que corras. Y lo mejor, no te lo vas a creer, ¡hay una para tortugas! Tan solo esfuérzate un poco más, entrena y conseguirás tu meta.
TORTUGA: Muchas gracias león, de verdad. Sabría que lo podría conseguir, y al no rendirme con lo que me dijo la rana, ¡estoy más cerca de ello!
La tortuga llegó al gimnasio y entrenó durante semanas. Consiguió llegar en la mejor forma física que podía. Ganó la carrera y consiguió la medalla de oro, muy orgullosa de si misma por haber conseguido algo que nunca pensaría poder hacer.
RANA: Hola ¿habéis visto a la tortuga? Hace muchos días que no le veo, y la última vez me dijo una tontería... me dijo que se iba a competir en la carrera de velocidad de Los Juegos del bosque.
LEON: Hola, si sique la he visto. Estaba en la zona olímpica del bosque, pero nose si consiguío su sueño.
Aparece una mariposa preciosa revoloteando entre los tres.
MARIPOSA: Hola amigos, vengo como mensajera del centro olímpico. Por primera vez, una tortuga de esta zona ha batido el record de velocidad boscoso, se alegró mucho cuando lo hizo, creo que era su sueño.
Todos la miran asombrados, creen que no la conocen.
RANA: ¡Imposible! ¡Las tortugas no corren!
LEON: Amiga rana, tú que no sales de tu hábitat no conoces el mundo exterior. Hay carreras de tortugas en los juegos del bosque. Cuando me encontré a la tortuga, la informé de ello y la di ánimos, al contrario que tu. Creo que estará muy contenta de haberlo conseguido, gracias a un gran esfuerzo, todo se puede conseguir, sobre todo si crees en ti mismo.
Creación en verso
Espero que os guste, ¡un saludo!
Hola Javi!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu entrada del bloque 5, creo que te has esforzado en las creaciones literarias pero he echado en falta que nos digas a que cursos van dirigidas y sobre todo, que estrategias has utilizado para escribirlas.
Completamente de acuerdo, Maribel.
EliminarLos textos están muy bien y el cuento es una pasada, pero no puedo corregirte la actividad si no incluyes la edad para la que va a servir de modelo cada uno de ellos. Piensa que un texto puede ser muy bueno para 4º y demasiado complejo para 2º...
ResponderEliminarTambién tienes que incluir la estrategias que has utilizado en cada uno de ellos... como te comenta Maribel.
Perfecto Irune, lo corrijo la verdad que se me olvidó ponerlo.
EliminarGracias
Mira a ver si sacas tiempo para corregir las actividades que te he ido comentando, sobre todo la del bloque 2 que no está apta.
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